Se mantenía a una distancia prudencial, a unos 2m y me observaba con atención.
Algo curioso que me pasó esta vez es que extendí la mano para ver si la podía tocar. Al hacer eso sentí un fuerte pinchazo y retiré la mano. Al acabar y abrir los ojos y volver a extender el brazo para comprobar con qué me había pinchado no me pinché con nada, las plantas que había a mi alrededor no tenían espinas ni hojas punzantes. Pasé la mano varias veces por todas y nada, con ninguna sentí ese pinchazo. Supongo que fue la forma de decirme esa elemental que no me tomara demasiadas confianzas.
Tuve otros encuentros parecidos en los meses siguientes con otros seres elementales. Y siempre se repetía la misma dinámica: yo comunicaba con una planta y ellos aparecían, manteniéndose siempre a cierta distancia de mí y simplemente observándome.
Supongo que debía ganarme su confianza, por ello sólo me observaban. A los 5 meses de estos encuentros casuales empecé a recibir el privilegio de comunicar con ellos. Aunque al principio eran comunicaciones muy cortas y básicas. Pero eso lo dejo para un futuro video.